Tú me recuerdas que los humanos somos vulnerables, pero nunca te detienes ahí,
has aprendido a través de los años lo que se mal aprende cuando se tiene al
alcance de las manos lo bastante como para vivir dos veces.

Hoy te sobra amor (acumulado), te sobran caricias y tantos pretextos y sobro yo,
la víctima de mis propias necedades, el humano que no es polvo, ni luz, ni carne,
el que ya no sabe subirse a tus manos en busca del sol.

Somos diferentes. Yo estoy enamorado de tanto… Sé gritar para sentirlo y
sé reír para ocultarlo, también sé decir que te quiero como en el pasado y
también jurar por mi nombre (solo por mi nombre) que lo haré hasta dos días
después del futuro.

Me pregunto si a estas alturas aún somos los dos para los dos, o si hay
alguna parte de mi donde no esté tu nombre que aún pueda salvarse.
Y salvarme yo con ella. O Si puedo regresar a un día donde no hayas existido
o a donde yo haya sido piedra, tierra, viento frio.

¿Qué sé yo?

Cualquier locura es un buen remedio para las noches eternas.