Gris – 16 de Mayo de 2009
Azul – 17 de Mayo de 2009
Rojo – 30 de Julio de 2007
Amarillo – 27 de Octubre de 2005

Gris

En estos días, quisiera sentarme a tu lado y platicar largamente,
suele sentirse tan extraño como la primera vez que hablas con alguien desconocido,
ha de ser lógico y normal, ¿Cúando tiempo hace que sueño contigo?
Sòlo algunos años quizás ¿Tres? ¿Cuatro?.

Creo que es hora de generar confianza, de abrir el corazón,
tengo tanto que decir, las mismas palabras con tintes grises,
de esos que no se ven en primavera, ni en la noche de navidad.

He roto el hielo ya, pero no deseo preguntarte cómo estás,
ni siquiera preguntarte quién eres,
me has entrenado para conformarme con verte invisible a mi lado,
como hoy.

A veces siento que sabes con toda seguridad que ya ganaste,
que no puedo alejarte de mi, ni en las noches de sueños infinitos,
ni en los días de pesadillas cotidianas, mas no cantes victoria,
ni siquiera yo entiendo a estas alturas al corazón,
sólo se que ya son años… como hoy.

Recuerdo desde niño haber aprendido a tener esperanza,
a saber que es posible ser y hacer, y todo lo contrario,
aquí, lo único que he dejado de hacer es aprender,
lo demás lo tengo en un rincón, junto a tu ventana.

Y soy yo, aquel joven que aprendió a tartamudear tu nombre,
a conocerte como se conocen los humanos.
No somos distintos, solo un par de locos que no saben
dónde estarán mañana.

Pero ya no duele tanto, porque también sé ahora que el dolor se acaba,
como el amor, como la vida, como nuestras oportunidades…
¿Te vas? Al menos deja aquel aliento que sabe gritar mi nombre.

Quiero confesar que te mentí,
que soy igual que todos los que buscan una mejor vida,
que soy pésimo con las palabras
y que mi nombre no tiene diez letras, ni ocho.
Que soy café, como los troncos de los árboles el siete de febrero,
que tengo ambición de tener y ganas de no perder,
que sueño con planear dos días de mi vida,
pero con entera certeza.

Es simple cambiar, pero es más simple no hacerlo,
dejarle la responsabilidad a quien la tome (por distraido)
y dedicarse a vivir.
Quiero creerlo igual que tú, pensar que sueñas conmigo
desde hace mucho tiempo ¿Tres años? ¿Cuatro?
que no sabemos cuantas letras tienen nuestros nombres,
ni lo que necesita nuestro corazón,
que solo somos dos niños jugando a la vida,
que somos como dos fantasmas, tu rosa, yo café,
que somos lo que somos, dos humanos que al día de hoy,
no se han decidido a conocerse.

Azul

Escucha, es algo como el amanecer,
después de todo no es tan inmensa la noche,
aunque al parecer es más azul
de lo que soportan mis ojos… ¿Y tú?
¿Dormida? O sólo estás guardando ese silencio matutino,
aquel que es antes de que calles al medio día,
ese que me prepara la ausencia de tu voz cuando el sol
ya nada tiene que hacer afuera… ¿Y la noche?
La noche es para soñar que no te oigo,
que hemos nacido para ser estatuas
contemplando un eternidad… ¿Y yo?
Despierto… inmerso en el sueño de esta realidad,
en el sinfin de batallas por menos que alimento.

Hay momentos, minutos, suspiros, instantes,
en que me haces ver hacia atrás, y a veces,
ya no quisiera correr más rápido que mis recuerdos…

Rojo

Se cae el Sol, oscurece de pronto
y yo, sentado, ensimismado en pensamientos
poco abstractos,  reconstruyendo aires viejos,
aromas descontentos,  soy la misma estatua
que ha cambiado de posición,
para bien… para mal…

Soy estatua, más no sobrevivo a las inclementes
tempestades, soy algo menos inquebrantable,
algo no más que barro, que futuras cenizas,
no más que la mitad más silenciosa de un suspiro,
o la parte más roja del cielo despejado,
soy casi como aliento pasajero,
más como un pensamiento…

Amarillo

Por mi lucha hacia la regeneración mental,
he querido confrontarme.

Un viejo cáncer intenta dar señales de nueva vida
y yo señales de pronta rendición.

Precisamente esta tarde absurda y amarilla,
he querido y he podido empujarme fuera
de mi cama acostumbrada,
venir a comer y a vomitar frescos recuerdos
hechos a un lado por necesidad.

Una rara pulsación en la garganta
y un semblante de mucha seriedad
se me han venido a tatuar en un rostro
que espanta, que duele.

Hoy vine a platicar con mis fantasmas.

Burdamente me cuestiono el por qué
y mi odio hacia lo divino aflora.
Aún no son tan irreales mis recuerdos,
no los malos, si los buenos.

No se si voltear hacia atrás sirva de algo,
quizás solo va a servir para el llanto.

He dejado de comprender tantas cosas,
me he convertido ya en simple sombra en la oscuridad total,
una oscuridad que taladra.

Ya vi caer a los mios y aunque sea cobarte,
estoy en espera de verme caer a mi mismo.
Soy el espectador más cruel de mis tragedias,
el incitador menos considerado,
un ente al que a veces le falta corazón,
aquel que enterré con mis esperanzas…
lo bueno de todo eso, es que al menos hoy,
se quien es mi enemigo, se que lo soy.